¿Qué es un  equipo consciente y cómo desarrollarlo?


Después de trabajar más de 12 años en diversas empresas, y ahora como Coach / Consultor Organizacional, he podido notar una paradoja en las organizaciones y los equipos de trabajo.


En las empresas, se nos pide que seamos más productivos; sin embargo, y de manera contradictoria, se promueven entornos de dispersión y malos hábitos que traen consigo bajos niveles de productividad; sin contar con que la satisfacción de las personas también cae.


¿A qué se debe esto?


La respuesta es sencilla. Se debe a que no somos conscientes de cuál es el proceso que nos vuelve más productivos; no tenemos método y no nos conocemos a nosotros mismos. Esto me hace pensar en que lo primero que se debe desarrollar en un equipo es el propio nivel de consciencia individual para que, de esa manera, el equipo pueda ser más consciente sobre cuál sería la mejor forma de cumplir las metas y los objetivos. 


Incluso, a veces pasa que, con un mayor nivel de consciencia, las metas y los objetivos en los equipos y organizaciones también se vuelven más profundos. Esto tiene como consecuencia que los negocios sean más sostenibles en el tiempo.


¿Cómo se desarrolla el nivel de consciencia individual en una organización?


El primer paso para que un equipo sea consciente, es que el individuo sea más consciente. Para ello, es indispensable que por un lado la empresa promueva este tipo de conocimiento dentro de la organización; como parte de la cultura y valores. Pero no solo se trata de decirlo de la boca para afuera, se trata de realmente marcar la diferencia en este punto. 


¿A qué me refiero con realmente marcar la diferencia? Imaginemos que nos damos cuenta que para generar más consciencia individual debemos aprender a respetar el tiempo de los demás, entendiendo que a cierta hora cada trabajador hace un corte y deja de trabajar para empezar su vida personal; digamos que esto ocurre a las 6 pm (entiendo que hay casos en los que aplican otros horarios). Si la empresa realmente promueve el bienestar de la persona y quiere que cada individuo sea más consciente, nadie debería contactarse por trabajo contigo o agendar una reunión luego de las 6 pm, a menos que sea una urgencia, como una excepción. Aquí también podríamos hablar de esas reuniones que nos dicen que van a durar 30 minutos y terminan durando 2 horas. 


Hay que respetar el tiempo de los demás; y, curiosamente, para respetar el tiempo de los demás uno primero debe aprender a respetar su propio tiempo. No podemos entregar algo que no hemos cultivado en nosotros mismos.


Tenía que aclarar este punto porque he visto muchas empresas que tienen escrito en sus paredes los valores pero en la práctica nada de eso se cumple. No hay nada que desmotive más al colaborador que ver como todo queda en el papel o en las paredes. Evidentemente los líderes de la organización tiene un impacto profundo en el cumplimiento de estos principios y valores. Esto me hace pensar en que los primeros que deben comprar la cultura de la empresa son los líderes; sin embargo, hay casos en los que los líderes no compran y eso genera un caos de arriba hacia abajo. Aquí es donde vemos el clásico “si mi jefe no lo cumple, ¿por qué lo debo cumplir yo?”. 


Otra forma en que una empresa puede promover espacios más conscientes es por medio de las capacitaciones y coaching al personal; evidentemente en temas relacionados con el autoconocimiento. En ese sentido, temas como: Mentalidad, Actitud, Inteligencia Emocional, Mindfulness, Propósito Personal o Ikigai, son temas que deberían estar en la mesa al momento de tomar la decisión de capacitación. De nuevo, se comienza por los líderes. 


A veces me han pedido que haga capacitaciones de autoconocimiento para un grupo en el que el líder no participa; y, cuando lo conozco, me doy cuenta que no le interesa el tema del autoconocimiento. Eso es tirar la plata al agua, no importa qué tan consciente es un equipo, si el líder o jefe no compra la idea, volverán a la inconsciencia pronto; o los que sí son conscientes, se irán a otra empresa donde eso sí se valore.


Entonces, por un lado, la empresa debe promover estas cosas, por otro lado, el colaborador también debe poner de su parte trabajando en su propio desarrollo personal; el mix es lo que hace la diferencia; se genera un círculo virtuoso. 


De nada sirve que la empresa haga todos los esfuerzos si no se declara que el colaborador también es el responsable de su propio crecimiento personal. No hay nada más potente que cada persona se de cuenta que debe ingresar en el camino de la mejora continua no solo para ser un mejor profesional, sino que para ser una mejor persona. Esto último puede ser un poco polémico, ya que en verdad uno debe ser una buena persona primero. Así se logra ser un buen profesional. En mi humilde opinión es el único camino; ser bueno primero, más humano, más consciente.


Características de un equipo consciente


Imaginemos que la empresa ya promueve correctamente estos conocimientos; como parte de su cultura organizacional, valores y creencias. Y además, ya hacen capacitaciones para su personal en estos temas, ¿cuáles son entonces las características de un equipo que es relativamente consciente?



Los individuos conscientes que conforman un equipo en una organización están conectados por medio de 3 propósitos: En primer lugar, han profundizado en su propio propósito personal; lo cual no es fácil porque implica profundizar en uno mismo, implica mirar para adentro y eso no nos gusta. Una persona que tiene un propósito personal claro es una persona que viene trabajando hace buen tiempo en su nivel de consciencia. De alguna manera han descubierto cómo sus talentos pueden ayudar a otras personas. 


El segundo propósito es el de la empresa, el cual no necesariamente tiene que ir en la misma línea del propósito personal pero al menos no debe ir en contra. Si fuera el caso que un propósito de empresa va en contra de un propósito personal quiere decir que esa persona está ahí solo por la plata; y, aunque parezca que muchos trabajamos solo por la plata, en realidad, tenemos que aspirar a trabajar por algo más importante que la plata. Estamos en una etapa en la que las personas buscan encontrarle un sentido a lo que hacen, incluso muchos (me incluyo), están dispuestos a ganar menos pero sentirse más completos haciendo algo que se alinee con sus intereses. 


Y en tercer lugar, está el propósito del área en la que está el individuo. Cada equipo o cada área en una empresa debe tener un propósito que evidentemente esté alineado con el propósito de la empresa. Cuando se mezclan estos 3 propósitos se forman los equipos conscientes. No me malinterpreten, esto no tiene que estar alineado a la perfección ya que todos somos personas diferentes; sin embargo, el propósito se trata de una creencia mayor; algo tan genérico y al mismo tiempo tan potente, que nos puede unir a varias personas (diferentes) para remar hacia la misma dirección.


Cuando uno trabaja de esta manera tiene mucha más motivación que una persona que trabaja sin tener o conocer sus propósitos. Es como si nos movilizara una gasolina de mejor calidad. Curiosamente somos más productivos y, si reflexionamos sobre esto, me imagino que nuestro nivel de satisfacción y felicidad personal marca la diferencia en los resultados que conseguimos como personas y como profesionales.


Reconozco que hay empresas que no se preocupan por desarrollar un propósito de marca, por lo que tampoco hay propósitos de área y mucho menos se preocupan de saber si sus colaboradores están en una etapa de búsqueda de propósito personal. Sin embargo, se debe apuntar a eso; al menos las empresas más eficientes con colaboradores más felices ya lo hacen. Solo falta que poco a poco se vayan sumando cada vez más empresas a esta nueva forma de trabajar.



Los individuos que forman parte de un equipo consciente saben que la diversidad marca la diferencia de manera positiva. Cada persona es consciente que los talentos y habilidades varían y no todos tienen que saber o hacer lo mismo. Así mismo, cada individuo aporta desde sus vivencias, experiencias personales y profesionales, valores y creencias; y eso, es lo que marca la diferencia. 


Lo interesante aquí es que, dentro de la diversidad del equipo, todos comparten el mismo interés por seguir desarrollando su nivel de consciencia; se comunican desde este común denominador. Cuando un equipo se comunica desde ese punto de partida, es más fácil que los individuos dejen su ego a un lado para hablar de lo que realmente es importante; se busca el bien común y disminuye la sensación de individualismo.



Un equipo consciente no puede mantenerse consciente si tiene a un líder inconsciente. Yo sé, parece un trabalenguas pero vale la pena leerlo de nuevo.  De hecho, el líder es probablemente el que más nivel de autoconciencia debería tener en el grupo. El nivel suficiente para mantener al grupo unido y cohesionado; siempre con el propósito presente en las acciones del día a día.


Esto me lleva a pensar en algo que veo mucho en estos días; muchas empresas invirtiendo en capacitaciones de liderazgo para sus líderes pero muy poca oferta de capacitación en temas de autoconocimiento. Esto no quiere decir que no hay empresas que capaciten en estos temas, pero me da la impresión de que no se profundiza realmente en este tema; se enseña como un tema más. Los líderes deberían profundizar en esto a un nivel experto, de lo contrario la empresa siempre va a sentir que falta algo en el líder. Dicho sea de paso, las habilidades blandas se fundamentan en un profundo nivel de autoconocimiento; eso es lo primero; el punto de partida.


Espero que te haya gustado este artículo; y, si lo ves conveniente, te invito a compartirlo. Si eres parte de una empresa o trabajas en recursos humanos y te interesaría profundizar en cómo formar equipos de trabajo conscientes, me puedes enviar un correo y con gusto te atiendo: jorge.monsalve@cocowch.com


Jorge (Coco) Monsalve