¿Por qué debemos incorporar la LENTITUD en lo que hacemos?
¿Por qué debemos incorporar la lentitud en lo que hacemos?
Mientras escribo esto me doy cuenta que hay algo dentro mío que me dice que tengo que acabar rápido para pasar a la siguiente tarea. A pesar que a veces sigo con este piloto automático de querer hacer las cosas rápido, algo viene cambiando en mí.
Ahora “me doy cuenta”. Darse cuenta de este fenómeno mental nos abre camino a un nuevo nivel de consciencia en el que nos percatamos que en la mayoría de los casos, NADIE NOS APURA. Somos nosotros nuestro propio torturador que nos exige ir rápido.
Cuando enseño esto en empresas es un poco gracioso porque en el mundo corporativo estuvo muy de moda el “es para ayer”. Entonces cuando llego yo y les hablo de la importancia de hacer las cosas lento muchas veces me quedan mirando como “¿en verdad me estás diciendo que vaya más lento?”. Luego, en el proceso, con el aprendizaje experiencial, ya se dan cuenta porque es evidente que cuando hacemos las cosas más lento las hacemos con más calidad y con menos estrés.
El único momento en que necesitamos hacer las cosas más rápido y con estrés es solamente cuando nuestra vida está corriendo algún peligro real, y en ese caso, ni siquiera tenemos que pensar porque nuestro instinto nos hará actuar de manera inconsciente. Todo lo demás, es decir, en los momentos en que nuestra vida no está corriendo ningún peligro, debemos trabajar en nuestra atención plena. No necesitamos vivir rápido, al menos no en todo momento, no como un estilo de vida.
Una vez alguien me dijo “el que vive rápido muere rápido”. Eso fue hace muchos años y en ese momento no lo entendí bien. Ahora con el tiempo le he dado un significado a eso que escuché. Cuando vivimos rápido, literalmente no estamos apreciando el momento presente, nos perdemos matices importantes que la vida nos ofrece, y vivir de esa manera, no es vivir.
5 Beneficios de incorporar el principio de la lentitud en nuestras actividades diarias:
Reduce los niveles de estrés y ansiedad.
Nuestras acciones son de mejor calidad, por ende, mejores resultados.
Disfrutamos más el proceso, haciendo lo mismo pero con una actitud diferente.
Mejoramos nuestra percepción de satisfacción personal y profesional.
Damos buen ejemplo a otras personas que puedan necesitar aplicar este principio.
Actividades fáciles en las que podemos aplicar la lentitud
Al comienzo, debemos incorporar esta actitud con las actividades o tareas más fáciles, ya que si lo tratamos de hacer con aquellas que son más complejas nos podemos frustrar en el intento. Aquí te detallo algunas actividades sencillas en las que puedes practicar la lentitud para traer más consciencia a tu vida:
Cuando te duches
Cuando te laves las manos
Cuando te laves los dientes
Cuando subas o bajes escaleras
Cuando tengas que caminar a algún lugar
Cuando laves platos después de las comidas
Otras similares
La forma de poner en práctica la lentitud es siendo consciente de lo que estás haciendo momento a momento, incluso te diría al comienzo que te vayas un poco al otro extremo. Por ejemplo, puedes lavarte las manos lento, pero si quieres y tienes tiempo podrías demorarte 1 minuto más y hacerlo SÚPER LENTO, de esa manera empezarás a sentir los efectos que tiene esto. Puede que al comenzar te de ansiedad porque sientas que estás perdiendo el tiempo, sin embargo, es todo lo contrario, ESTÁS VIVIENDO DE VERDAD.
Actividades más complejas en las que podemos aplicar la lentitud
Cuando ya hayas aplicado la lentitud como todo un pro en las actividades más sencillas, es momento de pasar al siguiente nivel. Existen actividades o situaciones en las que es MUCHO más complejo incorporar la lentitud y, curiosamente, es cuando más la necesitamos. Aquí te dejo algunos ejemplos de situaciones más complejas donde vendría muy bien aplicar esta actitud:
Cuando estamos discutiendo con otra persona
Cuando estamos respondiendo un correo importante
Cuando comemos (mindful eating)
Cuando estamos apurados (esto suena contradictorio pero pruébalo y me cuentas)
Cuando estamos en situaciones en las que queremos escapar porque dan miedo
Quiero terminar este artículo con una frase que le decía Napoléon a su asistente antes de una guerra. Le decía: “vísteme despacio porque estoy apurado”.
Coco Monsalve
Fundador de www.cocowch.com
Coach / Consultor Organizacional